lunes, octubre 1

Las circunstancias que impiden la felicidad son infinitas

CIENCIA

Si bien las adversidades siempre parecen provenir de nuestro entorno, lo cierto es que tienen su correlato inexpungable en la propia valoración de adversidad que se produce en el interior de nuestro cerebro. Así como no hay teatro sin espectadores, no puede existir adversidad sin adversario. En otras palabras, la adversidad somos nosotros, a menos que nos chupe todo un huevo. Pero resulta que a nadie le chupa todo un huevo, y aún en épocas de prosperidad y ausencia de conflictos, la vida puede tornarse insoportable. Si no son las guerras o el hambre en derredor, serán las costuras de nuestras ropas las que nos hagan la vida imposible. Todo esto, por supuesto, según un estudio de la Universidad de Stanford.

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