CORREO DE LECTORES
Estimados Señores y Lectores: Como quizás ustedes saben, he perdido miles de oportunidades en mi vida. Si bien al principio, como todo el mundo, me decepcionaba, en un momento aprendí que podía manejar mi decepción hasta evitarla por completo. Con el tiempo comencé a disfrutar, primero, y hoy en día soy un verdadero experto en perder oportunidades.
Podría enumerar con orgullo decenas de oportunidades que dejé pasar sin inmutarme: empleos, mujeres, dinero, viajes, relaciones. Merced a algún perverso mecanismo de la naturaleza, la vida me ofrece cada día más y más oportunidades, a cual más grande y desproporcionada, como si me estuvieran poniendo a prueba para ver hasta dónde creo en lo que hago.
Esta forma de vida me ha permitido ver muchas cosas que la gente común (que sólo le presta atención a sus eternos y monótonos deseos) no ve, y entonces conozco perfectamente la trampa que me acecha: si me dejara llevar y aceptara cualquiera de las tentaciones que se me ofrecen, una tras otra comenzarían a caer mis convicciones y cada uno de mis actos carecería del sentido que los amalgama dando la sensación de coherencia y de continuidad, y entonces todo estaría perdido para mí: comenzaría a ver televisión y me sentiría molesto y desdichado ante cada mínima oportunidad perdida.
Por todo eso es que no acepto vuestra invitación a colaborar con su periódico, que de todas formas les agradezco de corazón.
Sinceramente,
Carlos Corriariaga
martes, octubre 18
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