SOCIEDAD
Con el advenimiento de los procesadores capaces de realizar más de una tarea al mismo tiempo los cerebros humanos comenzaron a ser arrastrados por la misma costumbre. Hoy en día las recepcionistas de cualquier empresa moderna que se precie ya no miran a los ojos del cliente recién llegado: sus miradas están fijas en la planilla del excel, el solitario, el mail y en un chat con un conocido y con dos amigas. No satisfecha aún con esta cantidad de estímulos, antes de responderle al cliente se da el lujo de pedir por el auricular una nueva taza de café.
A diferencia de los procesadores electrónicos, que aumentan su velocidad todos los años, el cerebro humano se ve obligado a dividir su capacidad por la cantidad de tareas que realiza. De esta manera, las cosas siguen funcionando cada vez peor, prenunciando un colapso general del mundo quizás incómodo en cuanto a lo que se refiere a servicios públicos en general, pero que no carecerá de inolvidables giros graciosamente surrealistas.
El Editor de los Miércoles
jueves, noviembre 24
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2 comentarios:
Entre ayer y hoy me presentaron dos personas, dos muchachos. Y ninguno de los dos me miró a los ojos, ambos desviaron la vista hacia la izquierda.
En un caso a la izquierda no habia nada, en el segundo caso estaba mi pantalla de computadora. No sé que pensar pero, ¿será por la multitarea o será por otra cosa?
Habría que estudiar el caso en detalle y ver a qué iban esos muchachos a verlo/a a usted.
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