SOCIEDAD
El impulso que da fuerza al movimiento de los tentáculos polimórficos de la realidad terrestre es el deseo, encarnado casi siempre en una ausencia o necesidad. Cuando una personalidad humana elige formar parte de los tentáculos relacionados con el arte, se dice que sufre de una falta de amor. En el caso particular de los actores, esta necesidad de amor se puede observar claramente en sus actividades características de entrenamiento que consisten en tocarse, abrazarse, besarse y revolcarse en rememoración de orgías, y además en su enfermizo apego al aplauso del público y a su aprobación al salir de escena. En el caso de los escritores podría deducirse fácilmente que su necesidad principal es la de un reconocimiento intelectual: el escritor prefiere leer las críticas, lejos del público, y saber que se lo respeta en abstractos círculos de pensamiento; aunque también hay que reconocerle una contraparte sexual ya que suele utilizar su arte con la intención conciente de atrapar ejemplares sexuales, pero el resultado de sus relaciones suele resultar desastroso, lo cual sirve para alimentar su tentáculo intelectual. En la próxima entrega veremos los casos de los artistas plásticos y de los músicos. Hasta entonces se aceptan sugerencias.
lunes, noviembre 21
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