SOCIEDAD
Por más que el resto del mundo se encarga sistemáticamente de demostrarles sus limitaciones, los cerebros son órganos sumamente engreídos: siempre creen que su producción es superior a todo lo conocido. En este artículo de Clarín, Julio Orione repite ingenuamente las barbaridades que hoy en día propagan algunos de los científicos más respetados. Esperamos que muy pronto quede en evidencia el absurdo que encierran definiciones como éstas:
"Y esto lleva a una consideración más de fondo: un organismo es y será siempre –por definición– inferior a una máquina. Ya que una máquina, al ser un producto de la mente humana es infinitamente mejorable. Algo que, por cierto, no es un organismo, que depende de las fuerzas del azar y la indeterminación" (???)
Mientras tanto, las frondosas y descomunales máquinas orgánicas que dan vida y sustento a millones de especies animales por vías que ningún cerebro individual sería capaz de concebir, siguen siendo taladas indiscriminadamente bajo las órdenes de los cerebros humanos a cargo de la sociedad.
Fuente: Clarín.com
miércoles, enero 11
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