viernes, junio 16

La mancha

SOCIEDAD

Agobiado por el estress de tener que lidiar
con las acosadoras multinacionales y
agentes financieros y pequeñas empresas
ineficientes y vecinos egoístas y
maliciosos, me senté a la máquina como cada
día y apareció una repentina mancha en la
pantalla. No era una mancha con una forma
definida sino más bien una ausencia de
visión, que me obligaba a seguir palabra
por palabra, ícono por ícono, haciéndome
perder por donde estaba. Cuando la fui a
llamar a Estela para contarle lo que me
ocurría, noté que le faltaba el ojo derecho
de la cara. No había piel en su lugar, no
había nada. Entonces me di cuenta de
que eso no era una mancha ni una
ausencia sino la propia muerte. Hoy había
muerto una parte de mí, que ya no estaba
más. A partir de ahora, entonces, en
cualquier momento la mancha podría crecer a
su antojo hasta abarcarme por completo,
pero también podría permanecer allí: dejar
que otras neuronas aprendan a realizar el
trabajo de las que desaparecieron y bien
desaparecer por un momento y así jugar
conmigo como lo vienen haciendo las
corporacines y todas las formas de la
muerte desde que nací.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me pasó exactamente lo mismo, varias veces. Se llama escotoma, es un problema de la visión.
(Esto requiere un post. Ahí voy).