SOCIEDAD
Por la mañana y durante el día, casi todas las mujeres lo olvidan. Todas las noches, sin embargo, vuelven a pasear distraidamente por los canales del televisor y sueltan el control remoto en cuanto él aparece en la pantalla, como un bebé gigante, con ese acento gangoso que al pronunciar ciertas frases, como "el ggelleno de caggne", provoca suspiros que resuenan en toda la ciudad, casi como el festejo de los goles en el Mundial, pero que en este caso no son por un equipo ni por una pelota sino sólo por el chef japonés de El Gourmet que, como para volver aún más locas de pasión a las mujeres que lo siguen, siempre tiene en primer plano, húmedo de jugos de pescados y de aceites, su brillante anillo de bodas.
lunes, julio 24
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