LECTORES
Mientras que el verdadero ejemplo para la juventud sería que Maradona ya esté muerto, o al menos internado en un manicomio, sin dientes, con problemas capilares y balbuceando incoherencias, los medios de comunicación masiva armaron este espectáculo (degradante a su manera) con un Maradona que hila hasta cuatro frases, esbelto y lustroso y que sume al país en una catarsis de llanto. ¿Cuál es el mensaje para la juventud? ¿"Dróguense, reviéntense, total después se recuperan en dos meses y vuelven a ser exitosos y sanos y con rating"? Ahora resulta que si un padre le dice a sus hijos que no vayan de fiesta en fiesta tomando cocaína, los hijos le recuerdan lo bien que está el Diego ahora, ¿y en qué queda todo entonces? Alguien debería recordarle a la gente que las drogas son malas, o por lo menos, que si se hacen drogadictos, en vez de ser atendidos por Fidel Castro en Cuba van a terminar en esa clínica tremenda del gran Buenos Aires donde casi lo matan o lo vuelven loco al propio Diego, o sea, lo que tendría que haber pasado para que la gente aprenda lo que son las cosas. Atentamente,
Heriberto Bloom.
jueves, agosto 18
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