martes, abril 12

El viaje de los sueños

TURISMO AVENTURA

El ser que sueña con un viaje
es el sueño del ser que viaja
y el viaje que sueña el ser
porque el sueño es un viaje
y el viaje es un sueño
y el ser
solo viaja por el sueño
Roland Garroux


Por fin me encontraba otra vez en ese país lejano. Recordé todas las veces que había soñado que estaba en ese país, pero esta vez era real: podía tocar las paredes, sentir los olores que me recordaban a los que había sentido cuando estuve allí hace veinte años, oía a la gente hablar en ese idioma (que por momentos sonaba tan parecido al mío).

Al principio me alegré de estar nuevamente allí, pero en seguida me pareció que faltaba algo de la magia que tenían mis sueños. Yo estaba ahí pero seguía siendo yo mismo, y no me sentía más feliz que en mi ciudad. Entonces me di cuenta de que era sólo un sueño, otro más, sólo que éste incluyó en sí mismo el recuerdo de otros sueños, lo cual burló a mis mecanismos cerebrales dualistas que me hicieron pensar que si unos eran los sueños, entonces lo otro tenía que ser lo real, lo cual significa que en algún punto ya no hay manera de estar seguros de si lo que vemos está llegando a nuestros sentidos o si es una producción de nuestra mente, y que no sabemos bajo cuántas trampas como la del sueño que sueña está sometida nuestra percepción.

Por eso hay quienes dicen que todos los viajes que uno hace, los hace por adentro de su propia cabeza (o bien por una mente universal). Sin embargo, numerosos estudios científicos han demostrado que no es lo mismo para el cutis vivir en Buenos Aires que en Hawaii.

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