lunes, julio 18

Animismo y conspirativismo

OPINION

Tanto el animismo como el conspirativismo suponen la existencia de un plan conciente elaborado por algo o alguien. Los animistas creen que las cosas tienen su propio espíritu, mientras que los conspirativistas aseguran que son unos pocos poderosos los que traman con toda precisión el futuro de la humanidad entre las sombras. Ocurre que los hechos suelen concatenarse de formas tan precisas y coreográficas que es difícil imaginar que las propias circunstancias los ordenan.

Y tuvo que ser la propia Ciencia –que suele renegar de ambos estilos de pensamiento– la que descubrió la existencia concreta de un Plan en la Naturaleza: las cadenas de ADN. Claro que nadie ha podido explicar cómo es que se diseñan y rediseñan dichos planes (más allá de la replicación y de las influencias del Azar señaladas por Darwin) y tampoco hasta ahora la Ciencia ha descifrado ningún otro plan escrito en la naturaleza, es decir, otra memoria, más allá de los planes que los propios humanos urden con su precaria inteligencia. Sin embargo sí hay otras memorias, otros planes y otros lenguajes con los que se comunican los ríos y las selvas, los insectos y las aves.

Por supuesto que no existe división ente animistas, conspirativistas y científicos más que puntuales caprichos que cada uno se resiste a desechar y que podrían ponerse de acuerdo fácilmente. Pero abandonar dichos caprichos los llevaría a dejar de pertenecer a su categoría, algo a lo cual la propia categoría, si es que está imbuida de algún tipo de vida, se resistirá a que ocurra. Por eso la evolución del pensamiento es resistida siempre por un impulso individualizador de las diversas corrientes, algo así como el dilema entre globalización y culturas locales que ahora se intenta cubrir con el aún amorfo concepto de "glocalización". La individualización nos detiene en el tiempo, nos congela y nos mata: la globalización nos mata por disgregación de la identidad. Habrá que tomar un camino intermedio, que seguramente conducirá a la muerte de todos modos.

Algunos dicen que la vida es teatro, yo pienso que es una danza, y nuestro lenguaje humano apenas un crujido indescifrable.

El Editor de los Lunes

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