martes, julio 26

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POLITICA

Estar a favor o en contra de Kirchner es hoy un tema estructural del pensamiento progresista, que definirá la forma de sus corrientes en el futuro. El caso puede parecer cojonudamente complejo pero, como todas las cosas, en esencia es bastante simple:

Razones para estar a favor: descabezamiento de algunos poderes infectos como el Judicial y las Fuerzas Armadas, posición a favor de los Derechos Humanos. Razones para estar en contra: la pobreza continúa, la distribución de poderes (y de ingresos) parece seguir igual. Nunca se había hablado tanto en los Medios del tema de la Distribución de la Riqueza. ¿Estará empezando la sociedad a tomar conciencia de eso?

Otros puntos importantes podrían ser vistos tanto a favor o en contra: a) la negociación de la Deuda Externa pareció sumamente audaz y favorable para el país, pero el resultado concreto fue pasar de una situación directamente imposible a una inaceptable, y b) el crecimiento económico, que parece no haberse reflejado en la situación de la gente común.

En cuanto al pensamiento progresista, el dilema al que se enfrenta hoy podría reflejarse en las siguientes dos preguntas (formuladas desde la perspectiva de un progresista):

1. ¿Qué queremos exactamente de un presidente? ¿A cuáles de los poderes establecidos debería enfrentarse, hasta dónde, con qué plazos y de qué manera?, y
2. ¿Está nuestra sociedad hoy comprometida para responder por ese presidente ideal, o será más bien conservadora y preferirá no meterse en problemas, o tal vez, de acuerdo a su nivel actual de madurez, merece un presidente como Moria Casán?

Dejamos a nuestros lectores con estas inquietudes.

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