SOCIEDAD
En nuestra recorrida semanal por distintos blogs del país y del mundo nos llamó la atención la cantidad de bloggers ofuscados, preocupados, angustiados, decepcionados, fascinados, fatigados, en suma completamente obsesionados con la cantidad de visitas a su blog.
Si estuviéramos atentos al hecho de que los números –sobre todo en forma de ranking– se convierten con gran facilidad en objeto de atracción para la mente humana, tal vez podríamos evitarnos el disgusto de caer en la misma alienación que ataca a conductores de televisión y deportistas.
Muchos bloggers, seguramente, comenzaron sus actividades sin pensar en el reconocimiento ni en la fama ni en el dinero ni en el ranking, pero fueron atraidos por esas tentaciones hasta el punto de olvidar, un día, la naturaleza original de la inquietud que los llevó a escribir, y entonces se entregaron a un afán conquistador que terminó por cansarlos, agotarlos y frustrarlos hasta hacerlos abandonar su empresa original.
Lo mejor, dicen los que saben, es permanecer en el mayor de los anonimatos, para así mantener intacto el espíritu de este oficio (sea cual fuere) que consiste simplemente en escribir. El dinero, si no se consigue escribiendo habrá que conseguirlo por métodos alternativos, como trabajar en una oficina o inventarse un oficio propio, como por ejemplo reparar PCs, ¡pero hacerlo bien!
Muchas gracias,
El Editor de los Domingos
domingo, mayo 15
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