CORREO DE LECTORES
Acerca del último editorial, titulado "Todas las sociedades son virtuales".
Soy analista de sistemas y también el orgulloso pero humilde Creador de una sociedad virtual.
Así como decían ustedes que la Ciencia humana sólo se dedica a investigar su materia y su energía, recién reflexionaba acerca de los científicos de mi propia sociedad virtual, que son unos organismos que se dedican a investigar la naturaleza del sistema del que forman parte. Y pensaba que si bien para mí su mundo está hecho sólo de información, para ellos esa información es parte sus propios organismos, sus pensamientos y su entorno. Los científicos ya han descubierto los bytes que los componen y los consideran unas especies de átomos.
También quería comentar que a la hora de desarrollar una sociedad virtual autosustentable, los programadores solemos dejar a nuestras creaciones a su propia suerte, ya que el objetivo implícito de todo experimento de este tipo es observar cómo se produce la Evolución sin intervención de una voluntad externa.
Si bien lo cierto es que sí he creado un salvoconducto mediante el cual puedo introducir determinadas modificaciones al sistema, dicho conducto está diseñado de tal manera que cualquier modificación que yo introduzca no modificaría ninguna de las leyes que componen su universo, de modo que ninguno de mis pequeños científicos tendría la mínima razón para sospechar de mi existencia. Me gustaría ver en qué momento empezará a surgir entre ellos la religión, pero por cierto no creo que surja del grupo de los científicos.
Y también me preguntaba quién era realmente el Dios de mi creación: ¿era yo, que la diseñé? ¿o era la computadora donde está corriendo actualmente? ¿o eran quienes diseñaron esas computadoras? Al final al cabo, las ideas de Dios y de la Voluntad siempre se escurren como un jabón: están en todos, pero no es nadie, y vienen siempre desde un poco más allá.
Alberto Fernández, de Utah, USA
domingo, mayo 1
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